Las alucinaciones volvieron, pero esta vez no me morí de susto. A eso de las 5 de la mañana (sí! me acosté tarde al igual que una niña hermosa porque el sólo hecho de dejar de chatear aunque apenas hablemos, ya me hace sentirla más lejos >.<) me duermo y comienza. Un ruido invade mi cabeza, de pronto se hace más fuerte hasta lo insoportable. Se mezclan voces sin sentido, zumbidos crecientes y no puedo hacer más que pestañear, y el límite entre realidad/sueño se hace más confuso. Al tiempo que el ruido ya se hace intolerable y siento que mi cabeza en cualquier momento explota, siento que comienzo a elevarme y al mismo tiempo hundirme en mi cama.
Pero no morí de susto, sólo porque entre tanto alboroto en mi cabeza recreaba su carita hermosa e intentaba mantenerla para no ver nada feo. Hasta que apareció algo saltando cerca de mi cama y bueno, sí, me dio miedo y harto. De todos modos ya no es tan terrible, nada se compara a la primera vez que tuve esto hace cuatro años atrás, en que producto de mi estado depresivo (creo), lo que escuchaba y veía no era de lo más lindo. Un rostro gritando y risas de esos payasos diabólicos de películas malas se colaban en mi cabeza. No, eso sí que era de lo peor. Entre parálisis y parálisis logré dormir. Pero tanto malestar tuvo su recompenza. Sus besitos imaginarios en la noche llegaron hasta mis sueños y desperté recordándola conmigo. Lo triste es que esté Pechan (mi cojín apretable, muy apretable), y no ella a mi lado para abrazarla.
1 comentario:
No me molesta que me tenga como nick, es bueno que me lea alguien a quien le tengo plena confianza. Además así puedo leer su blog (si no le molesta claro, por eso no lo he hecho)y saber como se siente, qué piensa y saber más de usted porque cada vez me conecto menos. Cuídece, besos.
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