Hoy por primera vez (ya, a lo más segunda, aunque no recuerdo) me sentí orgullosa de la gente de Chile -decir orgullosa de Chile, es demasiado-. Me alegré de que 15.000 personas reaccionaran al fin por reclamar su derecho a vivir su sexualidad libremente y a protestar por las horribles consecuencias que traería la prohibición de esas inofensivas dos pastillas, y más aún, por la pseudodemocracia en que vivimos, donde un par de (agregue aquí el insulto) deciden por millones.
Fue mi primera marcha dentro de la mayoría, porque animalistas y gays que efectivamente protestan por sus derechos y por su orgullo, somos pocos. Y entre esa inmensa mayoría que no tenía fin desde donde yo estaba, me encantó ver a niños, hombres, organizaciones unidas por una misma causa, y sobre todo, me encantó ver a una señora de unos 70 años gritando entre la multitud.
Pensé que no iba a llegar después de tener un día del demonio, con mi útero que amenazaba con explotar en dolor por tres horas, y un retraso de 2o minutos a una reunión. Casi me doy por vencida, pero luego de tres analgésicos y varios minutos la cosa fue mejorando.
Que lo vengan a ver,
que lo vengan a ver
Esto no es democracia,
es dictadura del Opus Dei!
Fue mi primera marcha dentro de la mayoría, porque animalistas y gays que efectivamente protestan por sus derechos y por su orgullo, somos pocos. Y entre esa inmensa mayoría que no tenía fin desde donde yo estaba, me encantó ver a niños, hombres, organizaciones unidas por una misma causa, y sobre todo, me encantó ver a una señora de unos 70 años gritando entre la multitud.
Pensé que no iba a llegar después de tener un día del demonio, con mi útero que amenazaba con explotar en dolor por tres horas, y un retraso de 2o minutos a una reunión. Casi me doy por vencida, pero luego de tres analgésicos y varios minutos la cosa fue mejorando.
Que lo vengan a ver,
que lo vengan a ver
Esto no es democracia,
es dictadura del Opus Dei!